El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles ha analizado el agua en todas sus escuelas por al menos la última década para detectar la presencia del plomo, pero los críticos dicen que sus políticas ponen a los niños en riesgo.
Una nueva ley obliga a las escuelas a analizar su agua para detectar la presencia del plomo, pero los niños podrían seguir expuestos a niveles peligrosos del metal tóxico.