Un pequeño pueblo en el Condado de Kern está considerando convertir su biblioteca comunitaria en una estación de policía

El condado de Kern tiene el sistema con el peor financiamiento de California; una solicitud se opone al plan de transformar dichas instalaciones.

Rafael Serna disfruta venir a la biblioteca con sus niños. En la foto, él ayuda a tres de sus niños en la mesa de manualidades, mientras su hija recibe tutorías en una mesa al fondo de la biblioteca.
Credit: Emma Gallegos / EdSource
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La suerte de la biblioteca comunitaria McFarland se ha convertido en un tema candente de conversación en el pequeño pueblo agrícola de más de 14,000 personas, justo a un lado de la Carretera 99 en el norte del Condado Kern.

Líderes de la ciudad se han reunido en torno a una propuesta para adquirir la Sucursal Clara M. Jackson y convertirla en un renovado cuartel general para su Departamento de Policía. El Consejo de la Ciudad, el superintendente local del distrito y el director de Recreación y Parques del Distrito McFarland escribieron cartas dirigidas al condado recientemente.

“Con tan sólo una revisión rápida de las instalaciones del departamento de policía, se hace notoriamente obvio que la falta de espacio que padece el Departamento les impide llevar a cabo sus tareas para hacer cumplir la ley eficazmente,” dijo Aarón Resendez, superintendente del Distrito Escolar Unificado McFarland.

El Consejo de la Ciudad mencionó en su carta que hubo “una mínima objeción“ de parte del público, pero debido a que se corrió la voz acerca de la propuesta, se ha encontrado con una oposición más fuerte, incluyendo una solicitud en línea que ha recabado más de 1500 firmas. Algunos de los principales solicitantes para mantener la biblioteca donde se encuentra, son los mismos jóvenes usuarios.

“Aquí están nuestras memorias,“ dijo Jazmine Ciciliano, de 12 años. “Crecimos en este lugar.”

“Queremos que sea biblioteca para siempre,“ dijo Yazmine Olivera de 11 años.

“Sí entiendo, necesitamos más seguridad, pero esta biblioteca básicamente es seguridad para nosotros,“ dijo Nicole Franco, de 10 años. “Se siente como estar en casa.”

Cuando las clases terminan, los estudiantes caminan a la biblioteca y muchos pasan ahí sus tardes hasta que esta cierra a las 6 p.m. Están preocupados acerca de lo que harán después de clases si la biblioteca desaparece.

“Arruinará amistades,” dijo Ruben Abundis, de 11 años.

“¿Qué se supone que haga, brincar en mi cama?” preguntó Natalie Lara de 9 años.

El dinero es el factor clave para determinar cuántas horas una ubicación de biblioteca permanece abierta, y el Condado Kern tiene el peor financiamiento para un sistema de bibliotecas de un condado en California.

El Condado Kern es aproximadamente del tamaño de Nueva Jersey, pero cuenta con más habitantes que San Francisco. Además tiene más del doble de la cantidad de niños, de acuerdo con el último censo. En áreas rurales como McFarland, los índices de niños son más elevados: 34.6% de los residentes tienen menos de 18 años.

Dentro de sus 8,131 millas cuadradas, el Condado Kern tiene 22 bibliotecas, con un presupuesto operativo de $9 millones para este año. En contraste, San Francisco tiene 28 ubicaciones, dentro de sus 47 millas cuadradas, con un presupuesto de $171 millones.

Actualmente, cada sucursal en San Francisco está abierta de cinco a siete días a la semana, pero en el Condado Kern la mayoría de las sucursales están abiertas dos o tres días a la semana. La biblioteca central de Bakersfield es la única sucursal que está abierta cinco días a la semana.

La discrepancia en los financiamientos entre los sistemas de bibliotecas es una consecuencia del hecho de que las 1,130 bibliotecas públicas de California están financiados casi en su totalidad de manera local. El año pasado los gobiernos locales aportaron el 94% de los 1.84 billones que California destinó a sus bibliotecas públicas. Las aportaciones federales y estatales típicamente se presentan en la forma de subvenciones para programas enfocados específicamente.

En una tarde de viernes, la biblioteca McFarland está repleta. Frank Cervantes, supervisor de la sucursal, le enseña a algunos usuarios cómo hacer sombreros de bufón. Niños circulan entre los estantes de libros. Los usuarios jóvenes llenan de preguntas a la recepción. Dos niños piden ayuda para encontrar una copia de “Sideways Stories From Wayside School.” Niños pequeños juegan en un una pequeña cocina de juguete. Las computadoras están llenas. Una joven niña recibe tutorías en una mesa al fondo. Conforme el programa de arte y manualidades va terminando, Cervantes anuncia que es tiempo de contar cuentos y los niños se acercan para escucharlos.

“Me he topado con sentimientos encontrados de todo el mundo,” dijo Kenny Williams, quien sirve como jefe de policía de la ciudad así como administrador de la ciudad. “Es algo cercano al corazón de la gente.”

Pero Williams dijo que el estado de las instalaciones con las que cuenta actualmente el Departamento de Policía en el Ayuntamiento necesitan modernizarse para una ciudad que está en crecimiento, dijo.

Williams recita una lista de problemas: el lugar de trabajo de los oficiales es reducido, no hay espacio para reuniones, hay un solo cuarto de vestidores para ambos sexos, cuatro sargentos comparten una oficina, las paredes tan delgadas como hojas de papel requieren que el jefe use una máquina de sonido para preservar la confidencialidad, el estacionamiento tanto del personal como el de autos confiscados como evidencia, es inadecuado y las pertenencias cada vez más se almacenan en tráilers.

“Es una forma terrible de operar,” dijo.

Williams dijo que la ciudad tiene suficiente dinero para adquirir y realizar las modificaciones en un edificio ya existente pero no suficiente dinero para construir unas oficinas generales desde cero. El presupuesto más reciente de McFarland indica que se cuenta con $2 millones para este fin, gracias a un bono que se ha apartado para ello.

Williams prestó juramento como jefe de policía el año pasado, y posteriormente comenzó a servir también como administrador de la ciudad. Dijo que el Consejo de la Ciudad le atribuye a él haber traído estabilidad y rendición de cuentas a la ciudad. McFarland ha sido golpeado continuamente por escándalos y dificultades financieras.

En el 2009, la ciudad restableció su Departamento de Policía, pero los bajos salarios y las laxas revisiones de antecedentes convirtieron al Departamento en un refugio para oficiales, y aún para jefes, con historiales de serios problemas de conducta según un reporte del Programa de Reportes de Investigación de UC Berkeley. En el 2011 residentes de la ciudad realizaron una marcha hasta el Ayuntamiento para protestar por un contrato para arrastre con grúas que daba incentivos a la ciudad y a la policía para detener a los residentes por infracciones menores. Una  demanda que concluyó en el 2017 aseguraba que algunos líderes de la ciudad habían suspendido una orden de cateo en nombre del hijo de un miembro del consejo de la ciudad.

En el 2019, el entonces administrador de la ciudad, John Wooner estuvo desaparecido por meses antes de que su cuerpo fuera encontrado en una camioneta Dodge Durango en el fondo del Río Kern. Una investigación sugería que antes de su desaparición, Wooner estaba muy perturbado por un faltante de $180,000 en el presupuesto de la ciudad. En el 2020, un ex jefe de la policía contestó que no impugnaría los cargos que se le imputaban, los cuales estaban relacionados con incrementar artificialmente los pagos a oficiales de policía que hicieron trabajos de renovación en su hogar. Una investigación de la policía encontró que Wooner sabía acerca de esta malversación.

La gente local no ha olvidado esta historia y hay escepticismo acerca del nuevo liderazgo. La solicitud para salvar la biblioteca, que inició Elías Ahumada, afirma, “Recompensar a un Departamento de Policía con una larga historia de corrupción, dándole la única biblioteca pública de la ciudad es vergonzoso y negligente.”

Ahumada creció en Wasco y en Delano, comunidades que se encuentran a ambos lados de McFarland. En ellas se localizan la prisión estatal de Wasco, la prisión estatal del Norte de Kern, y la prisión estatal de Kern Valley. En el 2020 se abrió en McFarland una prisión de la Oficina de Migración y Aduanas del Gobierno Federal (US Immigration and Customs Enforcement) — y el acuerdo con los contratistas privados provee de ingresos a la ciudad.

“Tenemos mucho dinero que volcamos a las prisiones. Tenemos prisiones y departamentos de policía,” dijo. “Lo que nos hace falta son recursos educativos y comunitarios.”

Williams dijo que el Consejo le ha instruido para que considere otras alternativas. Todas las sugerencias iniciales implicaban cambiar la biblioteca de ubicación. Williams apuntaba a las escuelas que tienen sus propias bibliotecas. Dijo que podría haber un espacio en la sala de juntas del edificio actual para la biblioteca. Los miembros del consejo plantearon la idea de usar una biblioteca móvil o buscar fondos privados para construir otra biblioteca. Un miembro de la comunidad sugirió establecer una sala de computadoras para adultos. Pero en una reunión del Consejo de la Ciudad la semana pasada, Williams dijo que está considerando otras opciones, “no sólo la eliminación de esa biblioteca.“

Phil Corr, Presidente de Amigos de la Biblioteca de McFarland, cree que estas promesas vagas de buscar alternativas no son adecuadas.

“En verdad creo que no le están dando importancia a la biblioteca,“ dijo.

Las escuelas no permiten que cualquier adulto entre al campus para visitar la biblioteca, dijo Corr. Las bibliotecas de las escuelas generalmente no están abiertas para estudiantes ya tarde después de la escuela, ni durante recesos, ni durante el verano. Y Natalie, de 9 años, tiene una gran queja acerca de la biblioteca de su escuela: solamente se le permite sacar dos libros en préstamo a la vez.

Jasmin LoBasso, Vocero de la biblioteca del Condado Kern dijo que la idea de las bibliotecas como un mero depósito de libros es nostálgica. La biblioteca también es un lugar para encontrar múltiples perspectivas y para verificar hechos, en una era de una sobrecarga de información. Los usuarios vienen a las bibliotecas con preguntas sencillas y también con grandes preguntas, como por ejemplo cómo encontrar un nuevo empleo, dijo.

“Es importante que tengamos una biblioteca ahí,“ dijo LoBasso. “Hasta el momento no tenemos planes para salir de ahí.”

Pero uno de los principales argumentos para adquirir la biblioteca es que el edificio apenas se utiliza. La sucursal McFarland actualmente sólo está abierta jueves y viernes de 11 a.m. a 6 p.m.

“Sólo se utiliza dos veces a la semana y nosotros la usaríamos 24/7,” dijo Williams.

Algunos usuarios jóvenes tienen su propia solución para esto.

“Ábranla todos los días,“ dijo Natalie.

La pandemia representó una complicación para las horas de operación de muchas bibliotecas.. Pero abrir dos o tres días ha sido lo común en áreas rurales como McFarland durante más de una década, de acuerdo a LoBasso, a excepción de algunos años cuando hubo financiamiento adicional para abrirlas un día más.

Cuando Shafter, un pequeño pueblo rural 20 millas al suroeste de McFarland, lanzó un programa llamado la Asociación Educativa en el 2010, la ciudad pagó para extender los horarios de operación un día más cada semana y fue presentando programas de tutorías y preparación para la universidad.

David Franz, el director de la Asociación Educativa, dijo que la ciudad ha sido capaz de destinar el 5% de su presupuesto al programa este año debido a que Shafter está en una mejor posición financiera que la mayoría de las ciudades pequeñas en el valle. No ha tenido que tomar una difícil decisión para elegir entre la seguridad pública o la educación.

Pero Franz también descubrió una verdad desafortunada en su trabajo en Shafter.

“Nuestras bibliotecas cuentan con financiamiento terriblemente insuficiente,” dijo Franz.

El gobierno local del Condado de Kern, aportó $6.17 por persona a los servicios de bibliotecas para el año 2020-21, de acuerdo con una encuesta de las bibliotecas públicas de California. Eso lo coloca justo detrás de los condados Imperial, Del Norte, Madera y Yuba, los cuales recibieron menos de $10 por persona de acuerdo con la misma encuesta. Los sistemas de biblioteca de los condados de Marín, San Mateo, Santa Clara y Alpine por el contrario, recibieron más de $100 por persona.

Muchos condados y municipalidades tienen mecanismos de financiamiento especiales para las bibliotecas comunitarias. En 1994, San Francisco votó a favor de un impuesto a las propiedades para financiar sus bibliotecas. En 1998 el Condado de Fresno votó a favor de un impuesto a las ventas de 1/8 de centavo, lo cual ha ayudado a garantizar que las bibliotecas tengan 33 millones de dólares para operar este año. Eso no incluye los $25.2 millones de financiamiento de capital para nuevas bibliotecas en Clovis y Reedley.

La Biblioteca del Condado de Kern no tiene financiamiento designado a través de impuestos a la propiedad o a las ventas y depende casi por completo del fondo general del condado.

“Esa es una de las mayores diferencias entre el condado de Kern y otros sistemas de bibliotecas,“ dijo LoBasso.

Las bibliotecas tienen que competir para ser prioritarias frente a otros departamentos del condado. En el 2016 la entonces Fiscal de Distrito del Condado Kern, Lisa Green, argumentó en contra de recortes generalizados en una reunión de la Mesa Directiva de Supervisores. Ella dijo que el financiamiento de la seguridad pública para los asistentes del sheriff y los fiscales debería priorizarse “aunque esto signifique cerrar todas las bibliotecas de este condado.”

El Condado Kern tuvo una oportunidad para cambiar esto en el 2016. Una medida en la boleta de votación hubiera conseguido fondos para la biblioteca por medio de un impuesto a las ventas de 1/8 de centavo, tomando como modelo a Fresno. Esto se lanzó después de un intento fallido de la Mesa Directiva de Supervisores de privatizar el sistema de bibliotecas. Pero la medida se enfrentó con la oposición de grupos locales de contribuyentes, los Republicanos y con el Supervisor del Condado Kern, David Couch, cuyo distrito ahora incluye a McFarland. No alcanzó el umbral de las dos terceras partes necesarias, con el 51.68% del voto.

El presupuesto del condado de Kern y por lo tanto la biblioteca estaban en una situación incierta en el 2020-21. Los residentes en Shafter recibieron noticias de qué su biblioteca no estaría en la lista de sucursales que volverían a abrir después de la pandemia y se preocuparon de qué la fueran a cerrar por completo. Esto dio pie a un movimiento llamado “Salvemos a la Biblioteca Shafter” que resultó en que la biblioteca de la ciudad se separara por completo del sistema de bibliotecas del condado.

En enero, la Biblioteca y Centro de Aprendizaje Shafter reabrió como una biblioteca independiente gracias a la ciudad y al Bakersfield College que actualmente le provee de personal. En la actualidad abre cinco días a la semana de 8:30 a.m. a 6:30 p.m.  — más que cualquier otra biblioteca en el condado de Kern.

Franz dijo que las bibliotecas son buenas inversiones para las comunidades. El número de libros a los cuales tienen acceso los niños en su casa, está relacionado con los logros educativos, el ingreso y con la posibilidad de participar en el crimen. Pero hay beneficios intangibles para la comunidad que no pueden medirse, y la ciudad ha tratado de apoyar eso también, con un mural comunitario. Dijo que en verdad ha habido hambre de una biblioteca comunitaria en Shafter.

“Hay un espíritu de comunidad que crece alrededor de una biblioteca,” dijo Franz. “Hay una alegría en torno a este espacio público que es divertido y acogedor para las familias.”

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